Senderismo histórico

Nos encontramos en una de las zonas más estratégicas del flanco oriental del río Tajo, frontera entre tierras musulmanas y cristianas durante los Siglos XIII Y XIV.

La historia de Villarejo de Salvanés no puede entenderse sin conocer esta etapa medieval relacionada con la Reconquista, las Órdenes Militares y su labor repobladora.

Es por ello que proponemos una visita caminando entre el paisaje de vides y olivos, encinas y esparto hasta los tres principales asentamientos que dieron origen a Villarejo de Salvanés: Santa María, Salvanés y Valdepuerco

 

En este recorrido, las ruinas de una ermita medieval de dos naves separada por dos pilares nos permiten imaginar el esplendor que viviera la zona en la Alta Edad Media. La iglesia de Santa María -o Santa María del Villar, como también aparece nombrada en otras fuentes escritas- se alza sobre la cima de este monte que despunta entre los valles más fértiles de la zona, próxima al nacimiento del arroyo de San Pedro.
En este primitivo asentamiento podemos caminar por páginas de la historia remontándonos hasta la Edad de Bronce, encontrándonos con los restos un castro carpetano a 700 metros sobre el nivel del mar.
Al norte del yacimiento nos topamos con la época romana y los restos de una calzada que podría tratarse de la mismísima Vía del Esparto, una de las principales vías de comunicación de la península en época romana recorriendo desde Salamanca (Helmántica) hasta Cartagena (Cartago Nova). El tramo de Santa María podría ser el que enlazaba Segóbriga con Madrid, desembocando directamente en la Calle Atocha.
Sabemos que el asentamiento quedó despoblado hacia el siglo XIII. El hecho de que esta zona esté salpicada de yacimientos arqueológicos que unen 4000 años de historia nos hace pensar que Santa María tiene mucho que ver con el origen de Villarejo de Salvanés ayudando en la labor repobladora de la Orden Militar de Santiago.

Villarejo de Salvanés luce el nombre heredado del primitivo asentamiento que se situaba bañándose de las aguas del arroyo de San Pedro disfrutando de la fertilidad de unas tierras donde tradicionalmente se vienen cosechando hortalizas de gran calidad. Sus moradores se trasladaron al pueblo que estaba naciendo a orillas de una antigua atalaya musulmana, dejando despoblada la zona en los siglos XIII-XIV después de años de luchas, invasiones, rapiñas, quema de cultivos, razias Almorávides.
Los restos de San Pedro se levantan ante del valle de Salvanés (actualmente denominado Valle de San Pedro) desafiando el tiempo y dejando constancia del lugar en el que se situó la iglesia iglesia medieval levantada en mampostería, con dos naves y dos altares. Anexa a ella se encontraba la casa del santero, una figura que permaneció cuidando la ermita hasta bien entrado el siglo XIX.

En las laderas del Valle se pueden encontrar diseminadas un buen número de cuevas que han servido desde antiguo como morada de agricultores y aprisco para ganaderos.
Desde ese punto podemos contemplar el paraje de la la Atalaya, un monte de forma cuadrangular que despunta a 656 metros. Allí hasta hace poco se podían encontrar los vestigios de una antigua torre de vigilancia que completaría de una la serie de torres de origen musulmán próximas al Tajo, entre las que también estaban Alharilla, Alboher y Oreja, lugares decisivos para el control de esta zona fronteriza que pasarían a ser dominio de la Orden Militar de Santiago.

 

Valdepuerco (o Val de Porco como es mencionado en un documento de 1099 donde el rey hace una donación a la Iglesia de Toledo para el disfrute de dicho arzobispado) pertenece a la serie de pequeños asentamientos previos al nacimiento de Villarejo de Salvanés como pueblo.
A diferencia de lo que ocurriera con los asentamientos de Santa María y Salvanés -tierras que fueron que donadas a la Orden Militar de Santiago para su labor repobladora- Valdepuerco debió esperar a un nuevo reparto de tierras más tardío.
Valdepuerco como paraje ocupa una vasta extensión de terreno atravesada por un arroyo con el que comparte nombre, y cruzando el pinar de la Encomienda, el único bosque natural de pino Carrasco que podemos encontrar en la comunidad de Madrid.

Los profundos barrancos del paisaje dan lugar zona aisladas y protegidas, ricas en especies botánicas como encinares adehesados, quejigares y coscojares, y un sotobosque mediterráneo de zarzas, espinos, tomillos, romeros, salvias…Sin duda un espacio singularmente fértil para propiciar un asentamiento durante la Edad Media del que apenas quedan vestigios.
Lo que parecen ser los restos de una iglesia o ermita medieval (por sus dimensiones y la forma del ábside que se puede aún adivinar entre los cimientos) es prácticamente el único testimonio que tenemos a día de hoy de dónde pudo encontrarse este primitivo asentamiento que sin duda tiene mucho que ver con el origen de Villarejo de Salvanés.

Cabe pensar como hipótesis que los habitantes de estos asentamientos migraron hacia la nueva población que será Villarejo de Salvanés, en busca de un lugar más seguro en el que vivir, ya que esta zona fronteriza entre los territorios musulmanes y cristianos, y esa frontera era el mismo río Tajo había sido un emplazamiento muy castigado e inseguro durante siglos.